La posibilidad de crear un banco donde se traspase el negocio bancario, cuyo capital mayoritario esté en manos de la caja, y depositar en una fundación la Obra Social, siguiendo el modelo que acaba de implementar La Caixa al crear CaixaBank, está siendo objeto de análisis por parte de las entidades de ahorro vascas ante la nueva situación que se abre en el sector financiero con la reestructuración anunciada por el Gobierno central.
La velocidad con la que se están desarrollando los acontecimientos en el sector financiero es tal que de las 17 cajas de ahorro que existen en el Estado, nueve cuentan con bancos o han anunciado su intención de crearlos. La última novedad ha sido Unnim, una SIP (Sistema Institucional de Protección) de cajas catalanas, que va a seguir el modelo de La Caixa.
El hecho de que Kutxa, BBK y Caja Vital sean tres de las seis entidades más solventes que existen en el Estado español y vayan a superar con creces la prueba de capitalización del 10% de core capital que va a imponer el Gobierno Zapatero, abre un escenario para que los procesos de transformación se puedan producir con cierta tranquilidad y mesura.
Tras el plan de recapitalización del sistema financiero anunciado por el Gobierno de Rodríguez Zapatero las cajas de ahorro tienen una sola disyuntiva: o se bancarizan, es decir, pasan el negocio recurrente a un banco controlado por la caja y la Obra Social se gestiona por una Fundación o, por el contrario, se mantiene como una caja de ahorros con los problemas de futuro que puede tener por tamaño para acceder a los mercados de capitales, con lo que se circunscribiría al negocio de particulares en su ámbito de influencia.
En lo que se refiere a Kutxa, la caja de ahorros guipuzcoana está preparada para poder crear un banco porque desde marzo del año pasado la Obra Social depende de la Fundación Kutxa, que funciona de manera independiente a la entidad financiera e, incluso, está divida en varias fundaciones atendiendo a la actividad específica en la que actúan.
"Tenemos la autonomía y la capacidad para tomar la decisión cuando se estime oportuno porque el esquema ya lo tenemos desde hace tiempo. Falta por precisar si el banco dependerá de la fundación o a la inversa".
Sin embargo, en BBK, la decisión parece que ya la tienen tomada en favor de convertirse en un banco y traspasar todos sus activos a esa entidad dejando la Obra Social en una fundación. De hecho, se trataría de repetir la misma fórmula de BBK Bank Cajasur, que es la entidad donde se han depositado todos los activos de la caja cordobesa tras su adquisición por la vizcaina.Con Cajasur, BBK cuenta con unos activos de 48.700 millones de euros, con lo que la entidad que preside Mario Fernández posee todavía camino para recorrer.
Precisamente, en ese camino, BBK solo se plantea dos recorridos: o iniciar una fusión con las otras dos cajas vascas con lo que la entidad resultante tendría unos activos valorados en 78.614 millones de euros, tras la aportación de los 21.089 millones de Kutxa y los 8.825 millones de Caja Vital o, por el contrario, crecer a través de nuevas adquisiciones.
"Quedarse aislados es un suicidio porque nos van a pasar por encima, ya que la decisión ya no depende de nosotros y de nuestros órganos de gobierno, sino del regulador que está fijando una estructura diferente del sistema financiero, con entidades de mayor tamaño, estructuras de capital más flexibles y mayor facilidad para acceder a la financiación de los mercados", señalaron fuentes de la caja vizcaina.
En esta coyuntura y tras el plan de recapitalización anunciado por el Gobierno de Rodríguez Zapatero, la ley de Cajas de Ahorros del Estado aprobada el pasado mes de julio ha quedado en entredicho y con ella, la fórmula del SIP, es decir, la denominada "fusión fría", con lo que las conversaciones iniciadas con Caja Vital para llevar a cabo un proceso de este tipo pueden encontrarse, en este momento, en el dique seco ante la falta de expectativas dado el cambio que se está produciendo en el sector financiero.
En este sentido, fuentes de Kutxa señalaron que, "a tenor de las decisiones que está adoptando el Gobierno, la SIP es un modelo caducado que no ha servido para nada", con lo que se puede abrigar la esperanza de retomar la fusión integral de las tres cajas vascas, tal y como ha sido desde siempre la posición que ha mantenido la entidad de ahorros guipuzcoana.
En Kutxa, según las fuentes consultadas, la falta de aproximación que existe en este momento para plantear la fusión de las tres entidades se debe a que "falta capacidad de tener una visión conjunta de las cosas".
El problema está ahora en saber si la fusión integral se va a plantear con la fórmula de relación de canje o proporcionalidad que se barajó en 2005, en donde BBK tenía un 55%, Kutxa un 35% y Caja Vital un 10%, que, en el caso de la caja alavesa se ha visto reducido o, por el contrario, BBK pondrá encima de la mesa el valor de Cajasur, con lo que la situación proporcional cambiaría radicalmente. La incógnita está en saber si la entidad vizcaiana está dispuesta a no va a valorar la aportación de Cajasur en la fusionada.
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